La llave Zen hacia el potencial ilimitado
La idea de practicar el Zen en Occidente ha estado presente durante años, sin embargo, aún es un concepto desconocido para muchos. Fue el Dr. Daisetz Teitaro Suzuki quien introdujo el pensamiento Zen con más profundidad en nuestras regiones al traducir a términos occidentales una extensa bibliografía china y japonesa con el objetivo único de compartir toda la riqueza tanto intelectual como práctica de esta filosofía.
Aunque intentar definirlo es limitar la condición infinita de su propia esencia, Suzuki nos acerca un poco a comprender que el Zen implica “dar libertad absoluta a todos los impulsos creativos y benévolos que de modo inherente y natural se hallan en nuestro corazón”.
Descubrir el Zen lleva al ser humano a entender que ya posee todo lo que necesita para sentirse feliz, satisfecho y en plenitud. “Las numerosas angustias y preocupaciones que observamos a nuestro alrededor provienen todas de ignorar este hecho básico”, explica el autor, cuyas obras son consideradas como “la mayor contribución al estudio del budismo vivo” en palabras del psiquiatra suizo y psicoanalista, fundador de la Psicología Analítica Carl G. Jung.
El Zen se convierte en una balsa de despertar, en esa brújula que muestra los caminos internos hacia el propósito superior de habitar en la simplicidad de la existencia.
Son múltiples los autores y estudiosos de la espiritualidad que hacen referencia a la frase “El ojo solo ve, lo que la mente está preparada para ver”, e invitan al hombre a buscar una transformación desde adentro para ampliar su visión.
La mayoría de las personas, antes de la cuarentena por el Covid-19, estaban concentradas en los ruidos de afuera, en las distracciones diarias: cumplir con horarios, dar cuentas en un trabajo, saldar deudas y otras responsabilidades que mantenían a la conciencia en tristezas del pasado o en angustias del futuro, imposibilitada de contemplar el momento presente.
“El Zen busca que abramos el ojo de nuestra mente a una nueva región, hasta ahora insospechada e inimaginada, una dimensión de la cual hemos estado ausentes debido exclusivamente a nuestra propia ignorancia”, refiere Suzuki.
Cuando las vendas de la ignorancia desaparecen “la extensión infinita del cielo puro se hace manifiesta”, es cuando se abre la puerta a un potencial ilimitado de posibilidades.
Zen.atrium tiene mucho Zen en su estructura y creación, cada visitante puede conectarse con su parte interior por varias vías, desde probar un postre que lo transporte hacia los viajes que pueda dar un paladar hasta perderse en la profundidad de una obra de arte.
Conocer nuestras instalaciones sin duda te puede llevar hacia tu parte Zen, pero mientras nuestras puertas permanecen cerradas en vista de la coyuntura actual, queremos acercarte al Zen a través de estas líneas.
¿Qué es estar en estado Zen?
La respuesta a esta pregunta está en la descripción que hace Ernst Benz (*), sobre D. T Suzuki: “Transmitía la sensación de estar siempre en presente, irradiaba algo que sólo alcanzo a definir como presencia (…). Daba siempre la impresión de morar en un ‘presente inmutable’ esto era algo que emanaba de su persona y que jamás mostraba ningún signo exterior de alteración o cambio. Sin duda, este rasgo guarda relación con su asombrosa capacidad para transmitir a todos sus oyentes, de todas partes del mundo, la experiencia de la ‘eternidad del momento’”.
La filosofía Zen enseña a situar la mente en el “aquí y ahora” para ser y estar plenamente consciente del momento presente. Con base en lo anterior, el Zen se convierte en una práctica, una manera de vivir, una actitud frente a la vida.
(*) Catedrático de Teología e Historia de la Universidad de Marburg Alemania.
¿Cómo se practica el Zen?
El camino hacia el Zen es algo diario, constante, que tiene un punto de partida pero no un punto de llegada. Un primer paso para mantener la conciencia en momento presente es centrar la atención en la respiración. Se puede comenzar a incorporar un poco de esta filosofía al despertar. En lugar de saltar de la cama, toma un tiempo para escuchar tus inhalaciones y exhalaciones, observa tus emociones y permanece unos cinco minutos en estado meditativo, llevando tu mente hacia lugares que te generen sentimientos de una energía elevada.
La práctica del Zen es un estilo de vida que aporta bienestar físico, mental y espiritual. Incorporar pequeñas rutinas diarias como la hora del té, masajes en el cuerpo, meditaciones, dibujar, colorear, pueden traer tus pensamientos al aquí y al ahora haciendo que la llave del Zen abra las puertas de tu interior.